martes, 29 de diciembre de 2009

Una autobiografía imaginaria




Alejandro Jodorowsky presenta su más reciente producción literaria: La danza de la realidad, una autobiografía que puede, y quizá deba, leerse como una novela. El libro fue publicado por Siruela y, según dice su autor, es una autobiografía imaginaria pero no ficticia, en la que evoca lugares y personajes reales, cuenta su historia personal en profundidad y revela su búsqueda por expandir los límites de la imaginación para lograr aprehenderla en su potencial terapéutico y transformador.

Alejandro Jodorowsky nació en Tocopilla, un pequeño poblado al norte de Chile, en un territorio de mapuches que su país le ganó a Perú y Bolivia. No le gustan las definiciones, pero podría decirse que es tarotólogo, terapeuta, novelista, actor, director de teatro y de cine de culto (entre otros filmes es autor de: El topo y de Santa sangre). Ha creado dos técnicas terapéuticas: la psicogenealogía y la psicomagia, prácticas que han revolucionado la psicoterapia en numerosos países. “Me atrae lo que no comprendo; lo despreciado, pero que no es despreciable: los brujos, los charlatanes de ciudad, esa gente capaz de curar a otros, pero sólo a los que tienen fe”, así da cuenta de lo que es necesario para entender sus libros.
Este relato autobiográfico revela fragmentos fundamentales de su vida. Está plagado de ideas inteligentes y de experiencias límite; de historias de vida y de muerte, de prisión y de libertad, de la naturaleza humana, de su visión de Dios. En este libro se pueden encontrar sus teorías y sus prácticas relacionadas con la sincronía, y con la imaginación activa: “De la realidad misteriosa, tan vasta e imprevisible, no percibimos más que lo que se filtra a través de nuestro reducido punto de vista. La imaginación activa es la clave de una visión amplia: permite enfocar la vida desde ángulos que no son los nuestros, imaginando otros niveles de conciencia, superiores al nuestro”.

Jodorowsky hace un recorrido desde sus primeras experiencias rememorando cómo fue un niño y, luego, un adolescente reprimido; cuándo comenzó su iniciación en la literatura, su incursión en el mundo de los títeres y de la pantomima, hasta llegar al cine y al teatro, y a transitar los caminos de la curación, el chamanismo o el tarot.
La cuidada edición de Siruela suma en esta edición algunas páginas que contienen fotos de toda su historia. Se pueden ver curiosas imágenes, como la de su antigua casa de Tocopilla o una foto de sus bisabuelos, y fotografías de numerosas performances teatrales junto con las de sus novedosas sesiones psicochamánicas realizadas en Chile, Francia y México.

Ficha técnica
Alejandro Jodorowsky, La danza de la realidad (Psicomagia y psicochamanismo), 2001, Colección: Libros del Tiempo, Siruela, Madrid, Págs. 437.

¿Chocolate?, no, gracias


Gracias por el chocolate (Merci pour le chocolate, duración 100 min., Francia – Suiza, 2000).
Dirigida por Claude Chabrol, con las actuaciones de Isabelle Huppert, Jacques Dutronc, Anna Mouglalis, Rodolphe Pauly, Brigitte Catillon.
Guión: Claude Chabrol y Caroline Eliacheff; basado en la novela de Charlotte Armstrong.
Producción: Marin Karmitz / Fotografía: Renato Berta / Música: Matthieu Chabrol / Montaje: Monique Fardoulis / Dirección artística: Ivan Niclass / Vestuario: Elisabeth Tavernier.
Dirección de producción: Yvon Crenn y Francine Lusser.
Clasificación: Apta para mayores de 13 años

El gran cineasta francés, Claude Chabrol, vuelve con una producción de notable suspenso. En la línea habitual del director, mezcla de drama con policial (La ceremonia, 1995; El corazón de la mentira, 1999), plantea un tema recurrente en sus producciones: las miserias morales que se esconden tras el próspero disfraz de la burguesía francesa.

Como era de esperarse, Gracias por el chocolate cuenta con la presencia de su musa gélida, la excelente Isabelle Huppert (Premio Lumiere y del Festival de Montreal como mejor actriz), que interpreta a Mika Muller, la directora general de Chocolates Muller.
Mika es una mujer de apariencia encantadora y delicada, pero acostumbrada a controlar a todos los que están a su alrededor. Bajo su trato cortés y aristocrático, oculta una personalidad fría y calculadora. Ella es la segunda esposa del prestigioso pianista André Polanski (Jacques Dutronc), y el núcleo familiar se completa con el joven hijo de este, Guillaume (Rodolphe Pauly). También sobrevuela la presencia de la madre de Guillaume, Lisbeth, la primera esposa de André, que murió en un extraño accidente de tránsito en una de las visitas que realizara con su esposo y su hijo a la casa de su amiga Mika, en Suiza.
La trama del filme se centra en un hecho del pasado que vuelve inesperadamente a la vida de Mika. Este sucedió hace años en el hospital donde nació Guillaume (el hijo que André tuvo con Lisbeth) donde estuvieron a punto de cometer un error fatal: la confusión de dos bebés, el cambio de Guillaume por una niña recién nacida.
Esa niña, ya mujer, aparecerá repentinamente en la casa de Mika. Ella es Jeanne Pollet (la bella actriz Anna Mouglalis), una joven pianista que busca un maestro para perfeccionarse e ingresar al Conservatorio de Budapest. Jeanne, conoció recientemente la historia de confusiones en el hospital en boca de su madre (personaje interpretado por Brigitte Catillon) y tiene la sospecha de ser la hija del pianista. Es así que, con la excusa de perfeccionar su técnica, logrará conocer a André Polanski quien terminará sintiendo una gran atracción por el talento musical que tiene la joven y que, para su pesar, no encuentra en su hijo Guillaume.
A raíz de la llegada de Jeanne a la familia, Mika verá amenazada su estabilidad familiar y sentirá que pierde el control, razón por la cual se desencadenarán una serie de inesperados sucesos.

Con un tono por momentos irónico y por otros dramático, Chabrol nos acerca esta historia negra con sutil inteligencia y gran elegancia, que se puede apreciar tanto en la elección estética como en los diálogos. Convierte una atmósfera típicamente familiar en un ambiente de thriller psicológico que sacará a la luz lo peor de la vida interior de los personajes. Es una película en la que lo más importante no se ve, pero se sospecha y se intuye, con un final en el que estalla la tensión contenida durante todo el metraje.
Chabrol utiliza los elementos más típicos del género de intriga y suspenso, y así consigue mantener la tensión de la trama y, además, utilizarla como vehículo para su espíritu crítico hacia la clase alta burguesa.

domingo, 13 de diciembre de 2009

La pobreza es igual en todas partes


Esta obra, narrada en primera persona por Zezé, es la historia de un niño de cinco años, miembro de una familia muy pobre de un barrio marginal de Río de Janeiro. Zezé es muy inteligente y aprende solo a leer, lo cual le vale la admiración de su tío Edmundo, y la envidia de su hermano mayor Totoca. La sucesión de anécdotas familiares y de la infancia, van pintando al personaje que, como cualquier chico que carece de todo entretenimiento material, deja volar su imaginación hasta los niveles más enternecedores. Cierto día, su madre les comunica que deben mudarse de casa y, al llegar a la nueva vivienda, cada hermano elige un árbol propio del jardín, aunque a Zezé le toca uno muy chiquito, una planta de naranja-lima. Zezé se aferra mucho a su nueva pertenencia y, con su gran imaginación, comienza a tener conversaciones con el árbol, que recibe el nombre de Minguito.
Al llegar la época de la Navidad, la pobreza de la familia se siente aún más, y luego de comprender que no tendrán los regalos y las alegrías de otros niños, Zezé decide salir a lustrar zapatos para poder comprarle un regalo a su padre, que está desempleado. A lo largo de la novela, el protagonista atraviesa distintas circunstancias y situaciones que lo hacen sentirse más desilusionado y solo. Es conmovedora la enumeración de preguntas sin respuestas que le hace en cierta ocasión a su hermana Gloria: ¿Por qué todo el mundo le pega? ¿Nadie lo quiere?
Su propia familia, presa de la desesperación por la pobreza y las frustraciones, lo maltrata y castiga brutalmente (la única que lo defiende es su hermana Gloria), y Zezé, quebrantado y desconcertado por tanto dolor e injusticia, le pide a su amigo el Portugués (el “Portuga"), que lo adopte. Aunque esto es imposible, el Portugués lo trata con todo cariño y cuidados. De la mano del Portugués, Zezé vuelve a ser un niño tranquilo, que puede andar por la vida sin cometer travesuras que molesten a los demás.
Un hecho demasiado lamentable para Zezé hará que todo lo que formaba su infancia, sus ilusiones, sus ganas de sonreír, desaparezcan para siempre. Y es así como el niño que un día descubrió el dolor, crece para siempre.

La prosa de José Mauro de Vasconcelos está despojada de grandiosidad. Su lenguaje es cotidiano, certero, auténtico. Llega directamente al corazón del lector con su relato sincero y emotivo. Las descripciones pintan un entorno rico en color, vegetación y costumbres locales; pura expresión brasileña de alegría y pobreza, optimista y desgarradora a la vez. Se dice que Mi planta de naranja-lima es una obra autobiográfica. El autor logró captar en ella las sensaciones, miedos y preguntas de cualquier niño que, como Zezé, haya vivido dolores demasiado grandes para su edad.

Como pez en el agua


Tim Burton realizó esta película con los ingredientes que maneja a la perfección: la fantasía, un elenco de grandes estrellas, su fino sentido del humor y una historia simple y maravillosa que, a pesar de su esencia, no comete, ni una sola vez, el pecado de caer en el golpe bajo.

El día que Edward Bloom es consagrado héroe de su pueblo por librarlo de un gigante, decide marcharse a recorrer el mundo, ya que el pueblo es demasiado pequeño para él. En compañía del gigante al que venció, comienza a vivir una seguidilla de historias disparatadas, entre las que están incluidas las fantasías eróticas, conocer un pequeño pueblo detenido en el tiempo y en el idealismo romántico; encontrarse cara a cara con el Gran Pez (el leitmotiv de toda la película), y enamorarse de la enigmática Sandra Templeton. Con ella jura casarse algún día, y por ella trabaja y lucha durante años como empleado del circo que dirige un misterioso señor Calloway (Danny DeVito), quien resulta ser –otro increíble detalle fantástico dentro del alocado relato de Ed Bloom– un explotador hombre-lobo. La vida de Edward Bloom está signada por el conocimiento que tiene de cómo será su propia muerte (según él mismo, se lo reveló el ojo ciego de una bruja de su pueblo).
Los temas sobre los que gira la película son universales: el amor, la búsqueda humana de la aventura, la incertidumbre sobre el futuro y la muerte, la relación padres e hijos, el dolor y el resentimiento por un velado abandono paterno, la reconciliación. Para todo escritor y narrador de historias, es exquisito el tratamiento de la oposición entre la fantasía y la realidad, entre lo vivido y lo añorado, todo tamizado por la inagotable riqueza interior del protagonista, quien insistirá en la realidad de sus vivencias hasta el final.
Esta deliciosa película dirigida por Tim Burton fue nominada al Oscar (Danny Elfman recibió la nominación del premio a la Mejor música original) y obtuvo cuatro nominaciones al Globo de Oro (Mejor película, Mejor actor de reparto para Albert Finney, Mejor música original y Mejor canción original). No ganó ninguno de los premios. La Academia Británica de las Artes Cinematográficas le dio, a su vez, siete nominaciones.

martes, 8 de diciembre de 2009

Caballos salvajes


Ficha técnica:
Argentina, 1995
Título: Caballos salvajes
Asunto formal: una road movie bastante clásica
Interpretes: Héctor Alterio, Leonardo Sbaraglia, Cecilia Dopazo, Fernán Mirás, Daniel Kuznieka, Antonio Grimau, Jorge Petraglia, Federico Luppi, Cipe Lincovsky,Emilio Bardi, Tito Hass y Alex Benn.
Director: Marcelo Piñeyro
Apto para mayores de 13 años
Distribuido DVD
Tiempo: 125 min

Un hombre de edad entra en una financiera y le entrega un papelito al empleado que lo atiende. Ahí dice que si no le entregan de inmediato los quince mil dólares que le deben se pega un tiro en la boca.

Cuando el muchacho levanta los ojos, comprueba que no está jugando. Manotea, nervioso, en los cajones del escritorio y encuentra mucho más de lo que le piden. Mete todo en una bolsa y salen como pueden.

Todos en esa oficina están convencidos de que el desconocido lo lleva como rehén para escapar. En realidad, el muchacho ha salido voluntariamente para que no maten al otro.

Acá comienza un juego de adhesiones y desconfianzas.

José y Pedro no se conocen, no tienen nada que ver y, sin embargo, algo los va uniendo y volviendo solidarios a medida que avanza la fuga. El escape arranca en la Capital y llega hasta el sur entre rutas peladas, perseguidores implacables, puebleros que ayudan, empresarios que tienen mucho que ocultar, muchacha sin pasado… Todos con deseos de vivir fuera del sistema.

Sobre un esquema de fugitivos nobles, Piñeyro (director) y Aída Bortnik (guionista) desarrollan una serie de peripecias para atrapar el interés del espectador. Tiene como gancho temas que nos conciernen y todo está presentado en forma creíble y para gustar.Piñeyro surge como uno de los poquísimos realizadores capaces de concebir un cine argentino industrial, entretenido y lo suficientemente verosímil, que complace al espectador.

“Historia de una pasión argentina”

Ficha técnica:

Título: Historia de una pasión argentina
Editorial: Sudamericana
Autor: Eduardo Mallea
Género: Ensayo
Número de páginas: 205
Undécima Edición: septiembre de 1981
Decimasexta Edición: agosto de 1990
Prólogo: No figura en la primera edición

Es difícil juzgar cada libro de Mallea por separado cuando un autor como él ha optado por la constante alternancia entre el ensayo y la novela, entre la exposición del pensamiento y la ficción. Esta dualidad literaria es sólo aparente: el conocimiento y la ficción se entrelazan de manera tal que en sus ensayos, encontraremos fragmentos narrativos y en sus novelas, caminos por donde discurre el pensamiento. El escribir, implicaba para él una responsabilidad: “Nunca he escrito porque sí, ni una sola línea, ni una palabra, ni por practicar literatura, sino a la inversa, por dar cauce a un problema implanteable en otros modos (por lo menos para mí), en otra forma que la forma literaria”.

El sentido de la argentinidad “es un meditar angustiado referido a las circunstancias de nuestro país; de una Argentina que le duele” como a Unamuno “le dolía España”. Es un dolor de amor por una patria que no es lo que se querría que fuera, lo que en otro tiempo fue y ya no es, patria que Mallea contempla separada en dos mundos: la Argentina visible y la Argentina invisible.

A este país visible, representado por ese Buenos Aires de figuraciones y falsificaciones, falto de autenticidad, con las raíces al aire, sin poder nutrirse de los jugos de la tierra, se le opone “la fisonomía moral del argentino profundo”, “la exaltación severa de la vida”, “la lucha espiritual de los creadores”, “el trabajo sin ensueño”, “el descontento creador”, según rezan los subtítulos del capítulo IV.

No pinta al gaucho, ni al paisano, ni al agricultor, ni al estanciero. El lugar donde se vive es una circunstancia fortuita. Lo importante no es donde estos hombres estén, sino cómo son.
Historia de una pasión argentina es el gran ensayo de Eduardo Mallea que se titula Historia, historia de su vida, historia de una pasión en conjunto, historia de sus ideas.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Lost in Translation (Perdidos en Tokio)

Guión y dirección: Sofía Coppola
Intérpretes: Bill Murray y Scarlett Johansson
Género: comedia romántica, drama.
Estados Unidos, 2003.

Una historia sencilla convertida en una espléndida joya. Una amistad que nace en una ciudad ajena, que crece hasta convertirse en una relación sin nombre ni apodo, hecha de miradas y silencios. Una dulce intimidad que se apoya en pocas palabras, mucha ternura y escasísimo contacto físico.

Un guión perfecto, con una estructura novedosa y sorpresiva. Un film logrado con impecable profesionalidad, brillantes actuaciones; magia en todos los encuadres, en los primeros planos y en la sincronización de las imágenes con la música.

Bob Harris, interpretado magistralmente por Bill Murray, es un actor maduro que ha hecho una gran carrera, pero se encuentra en franca decadencia. Por eso ha aceptado un contrato de dos millones de dólares para publicitar una marca de whisky en Japón.

Charlotte, representada por la bella y expresiva Scarlett Johansson, pasa una temporada en Tokio acompañando a su marido, un exitoso fotógrafo que vuelca toda su energía en su profesión.
La incomunicación los agobia. La barrera del idioma no es la única causa. Bob y Charlotte no se encuentran a gusto en ese lugar, ni en esa ciudad intoxicada con la tecnología, donde la vida se ha mecanizado e impera la errónea obsesión por imitar a Occidente. Se sienten perdidos en este mundo globalizado y le están buscando un sentido a la vida. Es entonces cuando se encuentran.

La hija de Francis Ford Coppola demostró, con su segundo largometraje, que su fama se basa, no en su apellido, sino en su gran talento y en sus propios méritos. Es obvio que cuando Sofía escribió y dirigió Perdidos en Tokio, no lo hizo con la intención de obtener galardones. Fue una sorpresa que su obra ganara un Oscar y tantas nominaciones.

domingo, 6 de diciembre de 2009

El niño y el cordero


Ficha técnica
Género: novela
Subgénero: novela histórica
Título: El evangelio según Jesucristo
Autor: José Saramago
Editorial: Alfaguara 1998
Páginas: 514
Precio: $69


José de Sousa Saramago nació el 16 de noviembre de 1922 en Portugal. Es escritor, periodista
y dramaturgo. En 1998 le fue concedido el premio Nobel de Literatura. La academia sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía». El Nobel se concede por el conjunto de la obra de un autor y en el caso de Saramago esto es evidente por la enorme calidad de su obra narrativa. Pero además, hay una obra que, basta para dar a Saramago un lugar en la biblioteca universal y en la memoria de los hombres: El evangelio según Jesucristo. Probablemente se podrían realizar sesudos estudios sobre esta novela que necesita menos de una sinopsis, que de una evocación, ya que narra el hecho más conocido de la historia de la humanidad. [
Es una versión literaria del Evangelio, narrada en tercera persona, ubicada en la Judea y la Galilea del siglo I. Ofrece una versión conjetural de los episodios básicos del cristianismo. Claro que el narrador no es ningún Santo y es improbable que sus páginas vayan a leerse desde el púlpito de una iglesia. Publicado cuatro años antes que Ensayo sobre la ceguera en el cual se nos obliga a parar, a cerrar los ojos y a ver para recuperar la lucidez, Saramago cumple un ciclo de sabias iluminaciones. Recientemente vuelve a ocuparse de la religión en su flamante novela Caín, en la que redime a su protagonista del asesinato de Abel y señala a Dios "como el autor intelectual al despreciar el sacrificio que Caín le había ofrecido".
Todos sabemos que El evangelio según Jesucristo, causó una gran polémica después de que varios sectores católicos
lo criticasen como blasfemo porque reescribe la vida de Jesucristo, utilizando los eventos que son representados en los evangelios canónicos como un andamio sobre el que se construye la historia. Sigue la cronología de la vida de Jesucristo, poniendo un mayor énfasis en sus primeros años. Sin embargo describe una historia de ficción, alternativa a la vida del nazareno.
Con lo mucho que se ha escrito sobre la fe cristiana y su inspirador, pocos libros hay tan provocadores como éste. Desde el título, el escritor busca torcerle el brazo a los muchos siglos de doctrina y teología que subyacen en la cultura occidental, fruto de las diversas y contradictorias interpretaciones del mensaje de Jesús.
El de Saramago es un Jesús muy humano, que pugna por entender, cuando no por evadir, un destino fraguado por un Dios insidioso y ególatra y el contrapunto de un Satanás demasiado conocedor de las debilidades del hombre. Una escena tremenda pone a los tres a conversar en una barca en medio del mar, en un diálogo que resume parte de la historia de la fe en Occidente, y que deja mejor parado al Demonio que a Dios.
Este Evangelio es una mezcla cuidadosa de historia novelada, delicadas descripciones de lo que no nos atreveríamos a imaginar por cuestiones de pudor y una continua convocatoria a la pregunta que alguna vez nos hemos hecho, y que alguna vez convertimos en propia: “¿Quién fue? ¿Para qué vino? ¿En qué parte de su historia se cumplió la voluntad del Padre? Es la ineludible crisis de identidad que no sólo acosó a Ananías y a José, sino que también fue de Jesús y es nuestra: "... ¿Por qué estoy aquí?, ¿Qué razón conocida o ignorada me explica?, ¿Cómo será el mundo en que yo ya no esté, siendo éste lo que es? [...], el mundo se irá transformando a su alrededor, pero para esas dos preguntas primeras sigue sin haber respuesta."
El laureado escritor portugués logra el descenso de los personajes a un plano real, desmitificando la imagen divina que se tiene de José, María y Jesús. La esencia, tal vez, está en presentar a los hombres y mujeres desde su aspecto débil, mortal y susceptible de tentación. En la constante lucha por anochecer y amanecer, la humanidad avanza, "[...], pero como la resistencia humana tiene límites breves, pues así de débiles nos hicieron, todo nervios y fragilidad, pronto se desmoronaba tanta valentía [...]".
La novela dibuja los padecimientos humanos, comunes a todas las épocas, proyectando las vivencias de un grupo de personajes al resto de la humanidad. Cuenta este Evangelio según Jesucristo, que su padre terrenal, José, un carpintero que no mereció mayores calificativos, murió en la ciudad de Séforis, crucificado, cuando acababa de cumplir sus treinta y tres años. Tras la muerte de José, Jesús hereda de éste una culpa en forma de sueño, que le irá a revelar la historia de su pueblo y la razón de su vida. Y este joven judío de apenas trece años, de espíritu rebelde y como tal, un tanto terco, emprende el camino hacia un encuentro con su destino: el azar y la voluntad divina. Puede ser que descubran a Jesús ya no como el hijo que toda madre ansía tener, sino como el hijo que todos somos.
La presencia de María Magdalena (o de Magdala, ciudad de la que provenía) funciona como el as en la manga de la conciencia de Jesús. La sabiduría y paciencia de esta mujer, mayor en edad que Jesús, parecen fruto de la observación de la experiencia propia y ajena. Se podría pensar que en este Evangelio, esta María pecadora reemplaza la figura de aquella otra María y madre de Jesús, que va perdiendo protagonismo a medida que él avanza hacia su destino.
Este Evangelio, según Jesús, según Saramago, es un relato por momentos próximo a nuestras propias capacidades, por momentos extraordinario y divino; es de sospechar que algunos hechos y conceptos difieren de los dados a conocer ya por otros Evangelios. Sin embargo no debe buscarse una lógica comprensible que explique al poeta, sino reconocer su íntimo propósito.Tal vez, allí esté la magia de lo que diga o se calle. De esta manera, Saramago construye su idea del mundo: quien quiera oír, que oiga

La esperanza de una amistad


Ficha técnica
Título: Bombón, el perro
Género: drama
Director: Carlos Sorín
Año: 2004
Duración: 95 minutos
Calificación: apta para todo público
Interpretes: Juan Villegas (Coco), Walter Donado (Walter), Micol Estévez (Gracielita), Kita Ca (señora de la estancia), Pascual Condito (Pascual)
Coproducción: Argentina-España
Idioma: castellano
Guion: Carlos Sorín, Salvador Roselli y Santiago Calori; basado en una idea original de Carlos Sorín
Música: Nicolas Sorín
Fotografía: Hugo Colace
Montaje: Mohamed Rajid
Dirección artística: Margarita Jusid
Vestuario: Ruth Fischerman
Premios: Premio FIPRESCI de la Crítica Internacional en el Festival de San Sebastián 2004.
Disponible en DVD

En el horizonte cinematográfico de fines de los '90 y principios del 2000, una nueva generación de directores, (mal llamada en sus inicios “nuevo cine argentino”) renovó en términos estéticos y temáticos una década viciada por el peor costumbrismo, el anquilosamiento temático, y una carente audacia narrativa. Dentro de este marco Carlos Sorín estrenó Historias mínimas (2002), filme que estaba en relación con las producciones de la nueva “generación del '90”. Sin embargo, su creador, si bien compartía interrogaciones estéticas, no era parte de dicha generación sino anterior a ella. Su opera prima La película del rey data de 1986, y le abrió las puertas para rodar con capitales norteamericanos (de ahí, su producción en 1989 de Eterna sonrisa de New Jersey, con Daniel Lee Lewis). Luego sobrevino un silencio (llámese cine publicitario) de trece años que culminaría en 2002 con un consenso de crítica y público, además de la acumulación de premios a nivel nacional e internacional.
El perro sigue a rajatablas la propuesta de Historias mínimas. Sorín ubica la historia de Juan Villegas y su perro Bombón en la Patagonia, como lo hiciera con sus tres películas anteriores. Un paraje desolado, de largos recorridos ausentes, donde el tiempo parece detenerse tras un silencio sepulcral. Estos rasgos se hermanan con las criaturas que suele moldear el director: personajes cotidianos, solitarios –pero no por opción– que buscan con timidez una compañía para aplacar la soledad. Las supuestas trivialidades y los encuentros (casuales o no) son precisos dentro de la propuesta. Los devenires en la vida de los personajes se muestran como infinitos pliegues que esquivan todo determinismo. El destino, si bien incierto, nunca es del todo pesimista. La película trata de un hombre de cincuenta y dos años, Juan Villegas, que se ha quedado sin trabajo después de desempeñarse toda la vida en una estación de servicio. El día que una mujer le regala un perro de raza, la vida de Villegas cambiará por completo. Le Chien (posteriormente Bombón) es algo más que un compañero de viaje; es una fuente de trabajo para un desocupado que se las arregla vendiendo cuchillos artesanales. Sorín parece haber encontrado su lugar en el mundo, y allí desplaza sus piezas con un infinito amor (algo no tan común en el cine actual). La película consigue un delicioso equilibrio entre su contenido social y el tono cómico y eminentemente tierno de la historia. Un actor no profesional, que destila humanidad, y un perro imponente iluminan la pantalla durante hora y media irradiando esperanza y dignidad. A ello contribuye también una variopinta galería de personajes secundarios. Sin dejar de lado una banda de sonido impecable y bellísima.
Lo visual es en el cine de Sorín más importante que lo verbal. Y también en ello se nota su afición por el documental, que da prioridad a la realidad sobre el discurso. Quizá por eso los personajes tienen el mismo nombre que los actores que los encarnan. Menos el perro, Bombón, que en la vida real se llama Gregorio. J.O.
En sus notas de producción Sorín comenta que en esta película “vuelvo a trabajar con no actores. Esto proviene de experiencias filmando gente real en mi carrera como director de cine publicitario. Pienso que no hay personajes simples: el universo interior del más humilde campesino es tan insondable como el de un profesor de filosofía. La diferencia reside en que este último reflexiona y comunica mayormente a través de la palabra; y aquel, más elemental, por medio de gestos y silencios. En cine siempre he preferido lo gestual a lo textual. Una mirada, un silencio, un pequeñísimo rictus adivinado en un primer plano, comunica con mayor contundencia que la retórica de la palabra. Y eso es lo que pasa con los personajes simples: hay que leerlos en los ojos. Pienso que es ahí donde el cine asume el gran legado de la pintura. La mirada abatida de Felipe IV en los últimos retratos realizados por Velázquez nos dice más de la tragedia de ese rey, que todos los volúmenes que pudieron haberse escrito sobre el tema”.
El cine de Sorín no se basa en grandilocuencias o efectismos; es un largo peregrinaje que encuentra en las pequeñas anécdotas, casi efímeras, su razón de ser. Apuesta a la sencillez (eliminando todo simbolismo) y sus historias se instalan en un universo amable que tiende a resultar ingenuo por su liviandad. El perro no sólo no desafía estas características; las profundiza. No hay cuestionamientos (pese a algunas insinuaciones) hacia los personajes, sino la actitud de focalizar sobre el futuro de cada uno de ellos. Un mundo que se va creando y definiendo a lo largo de los caminos desérticos del sur.