martes, 29 de diciembre de 2009

Una autobiografía imaginaria




Alejandro Jodorowsky presenta su más reciente producción literaria: La danza de la realidad, una autobiografía que puede, y quizá deba, leerse como una novela. El libro fue publicado por Siruela y, según dice su autor, es una autobiografía imaginaria pero no ficticia, en la que evoca lugares y personajes reales, cuenta su historia personal en profundidad y revela su búsqueda por expandir los límites de la imaginación para lograr aprehenderla en su potencial terapéutico y transformador.

Alejandro Jodorowsky nació en Tocopilla, un pequeño poblado al norte de Chile, en un territorio de mapuches que su país le ganó a Perú y Bolivia. No le gustan las definiciones, pero podría decirse que es tarotólogo, terapeuta, novelista, actor, director de teatro y de cine de culto (entre otros filmes es autor de: El topo y de Santa sangre). Ha creado dos técnicas terapéuticas: la psicogenealogía y la psicomagia, prácticas que han revolucionado la psicoterapia en numerosos países. “Me atrae lo que no comprendo; lo despreciado, pero que no es despreciable: los brujos, los charlatanes de ciudad, esa gente capaz de curar a otros, pero sólo a los que tienen fe”, así da cuenta de lo que es necesario para entender sus libros.
Este relato autobiográfico revela fragmentos fundamentales de su vida. Está plagado de ideas inteligentes y de experiencias límite; de historias de vida y de muerte, de prisión y de libertad, de la naturaleza humana, de su visión de Dios. En este libro se pueden encontrar sus teorías y sus prácticas relacionadas con la sincronía, y con la imaginación activa: “De la realidad misteriosa, tan vasta e imprevisible, no percibimos más que lo que se filtra a través de nuestro reducido punto de vista. La imaginación activa es la clave de una visión amplia: permite enfocar la vida desde ángulos que no son los nuestros, imaginando otros niveles de conciencia, superiores al nuestro”.

Jodorowsky hace un recorrido desde sus primeras experiencias rememorando cómo fue un niño y, luego, un adolescente reprimido; cuándo comenzó su iniciación en la literatura, su incursión en el mundo de los títeres y de la pantomima, hasta llegar al cine y al teatro, y a transitar los caminos de la curación, el chamanismo o el tarot.
La cuidada edición de Siruela suma en esta edición algunas páginas que contienen fotos de toda su historia. Se pueden ver curiosas imágenes, como la de su antigua casa de Tocopilla o una foto de sus bisabuelos, y fotografías de numerosas performances teatrales junto con las de sus novedosas sesiones psicochamánicas realizadas en Chile, Francia y México.

Ficha técnica
Alejandro Jodorowsky, La danza de la realidad (Psicomagia y psicochamanismo), 2001, Colección: Libros del Tiempo, Siruela, Madrid, Págs. 437.

¿Chocolate?, no, gracias


Gracias por el chocolate (Merci pour le chocolate, duración 100 min., Francia – Suiza, 2000).
Dirigida por Claude Chabrol, con las actuaciones de Isabelle Huppert, Jacques Dutronc, Anna Mouglalis, Rodolphe Pauly, Brigitte Catillon.
Guión: Claude Chabrol y Caroline Eliacheff; basado en la novela de Charlotte Armstrong.
Producción: Marin Karmitz / Fotografía: Renato Berta / Música: Matthieu Chabrol / Montaje: Monique Fardoulis / Dirección artística: Ivan Niclass / Vestuario: Elisabeth Tavernier.
Dirección de producción: Yvon Crenn y Francine Lusser.
Clasificación: Apta para mayores de 13 años

El gran cineasta francés, Claude Chabrol, vuelve con una producción de notable suspenso. En la línea habitual del director, mezcla de drama con policial (La ceremonia, 1995; El corazón de la mentira, 1999), plantea un tema recurrente en sus producciones: las miserias morales que se esconden tras el próspero disfraz de la burguesía francesa.

Como era de esperarse, Gracias por el chocolate cuenta con la presencia de su musa gélida, la excelente Isabelle Huppert (Premio Lumiere y del Festival de Montreal como mejor actriz), que interpreta a Mika Muller, la directora general de Chocolates Muller.
Mika es una mujer de apariencia encantadora y delicada, pero acostumbrada a controlar a todos los que están a su alrededor. Bajo su trato cortés y aristocrático, oculta una personalidad fría y calculadora. Ella es la segunda esposa del prestigioso pianista André Polanski (Jacques Dutronc), y el núcleo familiar se completa con el joven hijo de este, Guillaume (Rodolphe Pauly). También sobrevuela la presencia de la madre de Guillaume, Lisbeth, la primera esposa de André, que murió en un extraño accidente de tránsito en una de las visitas que realizara con su esposo y su hijo a la casa de su amiga Mika, en Suiza.
La trama del filme se centra en un hecho del pasado que vuelve inesperadamente a la vida de Mika. Este sucedió hace años en el hospital donde nació Guillaume (el hijo que André tuvo con Lisbeth) donde estuvieron a punto de cometer un error fatal: la confusión de dos bebés, el cambio de Guillaume por una niña recién nacida.
Esa niña, ya mujer, aparecerá repentinamente en la casa de Mika. Ella es Jeanne Pollet (la bella actriz Anna Mouglalis), una joven pianista que busca un maestro para perfeccionarse e ingresar al Conservatorio de Budapest. Jeanne, conoció recientemente la historia de confusiones en el hospital en boca de su madre (personaje interpretado por Brigitte Catillon) y tiene la sospecha de ser la hija del pianista. Es así que, con la excusa de perfeccionar su técnica, logrará conocer a André Polanski quien terminará sintiendo una gran atracción por el talento musical que tiene la joven y que, para su pesar, no encuentra en su hijo Guillaume.
A raíz de la llegada de Jeanne a la familia, Mika verá amenazada su estabilidad familiar y sentirá que pierde el control, razón por la cual se desencadenarán una serie de inesperados sucesos.

Con un tono por momentos irónico y por otros dramático, Chabrol nos acerca esta historia negra con sutil inteligencia y gran elegancia, que se puede apreciar tanto en la elección estética como en los diálogos. Convierte una atmósfera típicamente familiar en un ambiente de thriller psicológico que sacará a la luz lo peor de la vida interior de los personajes. Es una película en la que lo más importante no se ve, pero se sospecha y se intuye, con un final en el que estalla la tensión contenida durante todo el metraje.
Chabrol utiliza los elementos más típicos del género de intriga y suspenso, y así consigue mantener la tensión de la trama y, además, utilizarla como vehículo para su espíritu crítico hacia la clase alta burguesa.

domingo, 13 de diciembre de 2009

La pobreza es igual en todas partes


Esta obra, narrada en primera persona por Zezé, es la historia de un niño de cinco años, miembro de una familia muy pobre de un barrio marginal de Río de Janeiro. Zezé es muy inteligente y aprende solo a leer, lo cual le vale la admiración de su tío Edmundo, y la envidia de su hermano mayor Totoca. La sucesión de anécdotas familiares y de la infancia, van pintando al personaje que, como cualquier chico que carece de todo entretenimiento material, deja volar su imaginación hasta los niveles más enternecedores. Cierto día, su madre les comunica que deben mudarse de casa y, al llegar a la nueva vivienda, cada hermano elige un árbol propio del jardín, aunque a Zezé le toca uno muy chiquito, una planta de naranja-lima. Zezé se aferra mucho a su nueva pertenencia y, con su gran imaginación, comienza a tener conversaciones con el árbol, que recibe el nombre de Minguito.
Al llegar la época de la Navidad, la pobreza de la familia se siente aún más, y luego de comprender que no tendrán los regalos y las alegrías de otros niños, Zezé decide salir a lustrar zapatos para poder comprarle un regalo a su padre, que está desempleado. A lo largo de la novela, el protagonista atraviesa distintas circunstancias y situaciones que lo hacen sentirse más desilusionado y solo. Es conmovedora la enumeración de preguntas sin respuestas que le hace en cierta ocasión a su hermana Gloria: ¿Por qué todo el mundo le pega? ¿Nadie lo quiere?
Su propia familia, presa de la desesperación por la pobreza y las frustraciones, lo maltrata y castiga brutalmente (la única que lo defiende es su hermana Gloria), y Zezé, quebrantado y desconcertado por tanto dolor e injusticia, le pide a su amigo el Portugués (el “Portuga"), que lo adopte. Aunque esto es imposible, el Portugués lo trata con todo cariño y cuidados. De la mano del Portugués, Zezé vuelve a ser un niño tranquilo, que puede andar por la vida sin cometer travesuras que molesten a los demás.
Un hecho demasiado lamentable para Zezé hará que todo lo que formaba su infancia, sus ilusiones, sus ganas de sonreír, desaparezcan para siempre. Y es así como el niño que un día descubrió el dolor, crece para siempre.

La prosa de José Mauro de Vasconcelos está despojada de grandiosidad. Su lenguaje es cotidiano, certero, auténtico. Llega directamente al corazón del lector con su relato sincero y emotivo. Las descripciones pintan un entorno rico en color, vegetación y costumbres locales; pura expresión brasileña de alegría y pobreza, optimista y desgarradora a la vez. Se dice que Mi planta de naranja-lima es una obra autobiográfica. El autor logró captar en ella las sensaciones, miedos y preguntas de cualquier niño que, como Zezé, haya vivido dolores demasiado grandes para su edad.

Como pez en el agua


Tim Burton realizó esta película con los ingredientes que maneja a la perfección: la fantasía, un elenco de grandes estrellas, su fino sentido del humor y una historia simple y maravillosa que, a pesar de su esencia, no comete, ni una sola vez, el pecado de caer en el golpe bajo.

El día que Edward Bloom es consagrado héroe de su pueblo por librarlo de un gigante, decide marcharse a recorrer el mundo, ya que el pueblo es demasiado pequeño para él. En compañía del gigante al que venció, comienza a vivir una seguidilla de historias disparatadas, entre las que están incluidas las fantasías eróticas, conocer un pequeño pueblo detenido en el tiempo y en el idealismo romántico; encontrarse cara a cara con el Gran Pez (el leitmotiv de toda la película), y enamorarse de la enigmática Sandra Templeton. Con ella jura casarse algún día, y por ella trabaja y lucha durante años como empleado del circo que dirige un misterioso señor Calloway (Danny DeVito), quien resulta ser –otro increíble detalle fantástico dentro del alocado relato de Ed Bloom– un explotador hombre-lobo. La vida de Edward Bloom está signada por el conocimiento que tiene de cómo será su propia muerte (según él mismo, se lo reveló el ojo ciego de una bruja de su pueblo).
Los temas sobre los que gira la película son universales: el amor, la búsqueda humana de la aventura, la incertidumbre sobre el futuro y la muerte, la relación padres e hijos, el dolor y el resentimiento por un velado abandono paterno, la reconciliación. Para todo escritor y narrador de historias, es exquisito el tratamiento de la oposición entre la fantasía y la realidad, entre lo vivido y lo añorado, todo tamizado por la inagotable riqueza interior del protagonista, quien insistirá en la realidad de sus vivencias hasta el final.
Esta deliciosa película dirigida por Tim Burton fue nominada al Oscar (Danny Elfman recibió la nominación del premio a la Mejor música original) y obtuvo cuatro nominaciones al Globo de Oro (Mejor película, Mejor actor de reparto para Albert Finney, Mejor música original y Mejor canción original). No ganó ninguno de los premios. La Academia Británica de las Artes Cinematográficas le dio, a su vez, siete nominaciones.

martes, 8 de diciembre de 2009

Caballos salvajes


Ficha técnica:
Argentina, 1995
Título: Caballos salvajes
Asunto formal: una road movie bastante clásica
Interpretes: Héctor Alterio, Leonardo Sbaraglia, Cecilia Dopazo, Fernán Mirás, Daniel Kuznieka, Antonio Grimau, Jorge Petraglia, Federico Luppi, Cipe Lincovsky,Emilio Bardi, Tito Hass y Alex Benn.
Director: Marcelo Piñeyro
Apto para mayores de 13 años
Distribuido DVD
Tiempo: 125 min

Un hombre de edad entra en una financiera y le entrega un papelito al empleado que lo atiende. Ahí dice que si no le entregan de inmediato los quince mil dólares que le deben se pega un tiro en la boca.

Cuando el muchacho levanta los ojos, comprueba que no está jugando. Manotea, nervioso, en los cajones del escritorio y encuentra mucho más de lo que le piden. Mete todo en una bolsa y salen como pueden.

Todos en esa oficina están convencidos de que el desconocido lo lleva como rehén para escapar. En realidad, el muchacho ha salido voluntariamente para que no maten al otro.

Acá comienza un juego de adhesiones y desconfianzas.

José y Pedro no se conocen, no tienen nada que ver y, sin embargo, algo los va uniendo y volviendo solidarios a medida que avanza la fuga. El escape arranca en la Capital y llega hasta el sur entre rutas peladas, perseguidores implacables, puebleros que ayudan, empresarios que tienen mucho que ocultar, muchacha sin pasado… Todos con deseos de vivir fuera del sistema.

Sobre un esquema de fugitivos nobles, Piñeyro (director) y Aída Bortnik (guionista) desarrollan una serie de peripecias para atrapar el interés del espectador. Tiene como gancho temas que nos conciernen y todo está presentado en forma creíble y para gustar.Piñeyro surge como uno de los poquísimos realizadores capaces de concebir un cine argentino industrial, entretenido y lo suficientemente verosímil, que complace al espectador.

“Historia de una pasión argentina”

Ficha técnica:

Título: Historia de una pasión argentina
Editorial: Sudamericana
Autor: Eduardo Mallea
Género: Ensayo
Número de páginas: 205
Undécima Edición: septiembre de 1981
Decimasexta Edición: agosto de 1990
Prólogo: No figura en la primera edición

Es difícil juzgar cada libro de Mallea por separado cuando un autor como él ha optado por la constante alternancia entre el ensayo y la novela, entre la exposición del pensamiento y la ficción. Esta dualidad literaria es sólo aparente: el conocimiento y la ficción se entrelazan de manera tal que en sus ensayos, encontraremos fragmentos narrativos y en sus novelas, caminos por donde discurre el pensamiento. El escribir, implicaba para él una responsabilidad: “Nunca he escrito porque sí, ni una sola línea, ni una palabra, ni por practicar literatura, sino a la inversa, por dar cauce a un problema implanteable en otros modos (por lo menos para mí), en otra forma que la forma literaria”.

El sentido de la argentinidad “es un meditar angustiado referido a las circunstancias de nuestro país; de una Argentina que le duele” como a Unamuno “le dolía España”. Es un dolor de amor por una patria que no es lo que se querría que fuera, lo que en otro tiempo fue y ya no es, patria que Mallea contempla separada en dos mundos: la Argentina visible y la Argentina invisible.

A este país visible, representado por ese Buenos Aires de figuraciones y falsificaciones, falto de autenticidad, con las raíces al aire, sin poder nutrirse de los jugos de la tierra, se le opone “la fisonomía moral del argentino profundo”, “la exaltación severa de la vida”, “la lucha espiritual de los creadores”, “el trabajo sin ensueño”, “el descontento creador”, según rezan los subtítulos del capítulo IV.

No pinta al gaucho, ni al paisano, ni al agricultor, ni al estanciero. El lugar donde se vive es una circunstancia fortuita. Lo importante no es donde estos hombres estén, sino cómo son.
Historia de una pasión argentina es el gran ensayo de Eduardo Mallea que se titula Historia, historia de su vida, historia de una pasión en conjunto, historia de sus ideas.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Lost in Translation (Perdidos en Tokio)

Guión y dirección: Sofía Coppola
Intérpretes: Bill Murray y Scarlett Johansson
Género: comedia romántica, drama.
Estados Unidos, 2003.

Una historia sencilla convertida en una espléndida joya. Una amistad que nace en una ciudad ajena, que crece hasta convertirse en una relación sin nombre ni apodo, hecha de miradas y silencios. Una dulce intimidad que se apoya en pocas palabras, mucha ternura y escasísimo contacto físico.

Un guión perfecto, con una estructura novedosa y sorpresiva. Un film logrado con impecable profesionalidad, brillantes actuaciones; magia en todos los encuadres, en los primeros planos y en la sincronización de las imágenes con la música.

Bob Harris, interpretado magistralmente por Bill Murray, es un actor maduro que ha hecho una gran carrera, pero se encuentra en franca decadencia. Por eso ha aceptado un contrato de dos millones de dólares para publicitar una marca de whisky en Japón.

Charlotte, representada por la bella y expresiva Scarlett Johansson, pasa una temporada en Tokio acompañando a su marido, un exitoso fotógrafo que vuelca toda su energía en su profesión.
La incomunicación los agobia. La barrera del idioma no es la única causa. Bob y Charlotte no se encuentran a gusto en ese lugar, ni en esa ciudad intoxicada con la tecnología, donde la vida se ha mecanizado e impera la errónea obsesión por imitar a Occidente. Se sienten perdidos en este mundo globalizado y le están buscando un sentido a la vida. Es entonces cuando se encuentran.

La hija de Francis Ford Coppola demostró, con su segundo largometraje, que su fama se basa, no en su apellido, sino en su gran talento y en sus propios méritos. Es obvio que cuando Sofía escribió y dirigió Perdidos en Tokio, no lo hizo con la intención de obtener galardones. Fue una sorpresa que su obra ganara un Oscar y tantas nominaciones.