lunes, 7 de diciembre de 2009

Lost in Translation (Perdidos en Tokio)

Guión y dirección: Sofía Coppola
Intérpretes: Bill Murray y Scarlett Johansson
Género: comedia romántica, drama.
Estados Unidos, 2003.

Una historia sencilla convertida en una espléndida joya. Una amistad que nace en una ciudad ajena, que crece hasta convertirse en una relación sin nombre ni apodo, hecha de miradas y silencios. Una dulce intimidad que se apoya en pocas palabras, mucha ternura y escasísimo contacto físico.

Un guión perfecto, con una estructura novedosa y sorpresiva. Un film logrado con impecable profesionalidad, brillantes actuaciones; magia en todos los encuadres, en los primeros planos y en la sincronización de las imágenes con la música.

Bob Harris, interpretado magistralmente por Bill Murray, es un actor maduro que ha hecho una gran carrera, pero se encuentra en franca decadencia. Por eso ha aceptado un contrato de dos millones de dólares para publicitar una marca de whisky en Japón.

Charlotte, representada por la bella y expresiva Scarlett Johansson, pasa una temporada en Tokio acompañando a su marido, un exitoso fotógrafo que vuelca toda su energía en su profesión.
La incomunicación los agobia. La barrera del idioma no es la única causa. Bob y Charlotte no se encuentran a gusto en ese lugar, ni en esa ciudad intoxicada con la tecnología, donde la vida se ha mecanizado e impera la errónea obsesión por imitar a Occidente. Se sienten perdidos en este mundo globalizado y le están buscando un sentido a la vida. Es entonces cuando se encuentran.

La hija de Francis Ford Coppola demostró, con su segundo largometraje, que su fama se basa, no en su apellido, sino en su gran talento y en sus propios méritos. Es obvio que cuando Sofía escribió y dirigió Perdidos en Tokio, no lo hizo con la intención de obtener galardones. Fue una sorpresa que su obra ganara un Oscar y tantas nominaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario