sábado, 28 de noviembre de 2009

Los comienzos del cine

La llegada del tren
La llegada del tren es un corto de los hermanos Lumière del año 1895. Los creadores colocaron una cámara en una estación de tren para filmar, precisamente, la llegada al andén y el momento en que bajan los pasajeros de los vagones. Por esta razón, este corto es de estilo realista. Nadie actúa ni hay protagonistas, aunque podría hablarse del protagonismo del tren. A pesar de que la película no cuenta con ningún efecto especial, hay algún trabajo con los planos. La mayoría de las tomas son generales, pero se destacan algunos personajes que miran para el lado que está la cámara. Además, al comienzo, se ve al guarda que solo corre hacia la locomotora.
A pesar de su simplicidad, en aquel tiempo La llegada del tren fue algo impactante y obtuvo un gran éxito popular.

El regador regado
El 28 de diciembre de 1895 en el Salón Indiano de París, los hermanos Lumière decidieron hacer una exposición con cortos. Entre esos cortos estaban La llegada del tren y El regador regado.
Todas ellas tenían las mismas características: se trataba de documentales centrados en recoger la realidad sin más, sin narración, ni guión, ni argumento demasiado complicado, no hay tampoco decorados ni estudios ya que el rodaje se hacía en el lugar en el que se producía el acontecimiento y el tiempo fílmico coincide con el tiempo real. Tampoco hay actores, sino que sus personajes son interpretados por amigos o familiares. La cámara no se mueve y los planos vienen rodados por los propios personajes.
En El regador regado, un hombre que está regando es interrumpido por un bromista que provoca que ese hombre se moje. Enojado, lo corre y lo castiga frente a los ojos del espectador, tan cerca de la pantalla para que la audiencia pueda verlo, como si el hombre estuviera castigándonos por disfrutar de la broma. La interrupción no será tolerada –el joven es expulsado del cuadro y la armonía es restaurada.
Esta película se considera la primera comedia del cine.

Gran asalto y robo a un tren
Se considera el primer western de la historia del cine e influyó de forma decisiva en su desarrollo porque incluía innovaciones como el género escogido y, sobre todo, el montaje de escenas filmadas en diferentes momentos y lugares para componer una unidad narrativa. Al hacer esto, Porter inició el montaje, uno de los fundamentos de la creación cinematográfica, proceso en el que diferentes fragmentos elegidos de las diversas tomas realizadas —o disponibles— se reúnen para conseguir un conjunto coherente. Gran asalto y robo de un tren tuvo un gran éxito y contribuyó de forma notable a que el cine se convirtiera en un espectáculo masivo. En la película, de 1903, por primera vez hay una clara diferenciación entre buenos y malos.
El corto es, además, la primera de la historia que está basada en hechos reales ya que uno de los robos sonados de la época fue cuando cuatro miembros de la banda de George Leroy Parker, más conocido como Butch Cassidy, obligaron a que el conductor del tren Union Pacific Railroad parara el ferrocarril; después volaron la caja de seguridad repleta de caudales y luego escaparon con cerca de 5000 dólares dentro de sus bolsas. La película fue promocionada basándose en este hecho y fue un gran éxito de taquilla.
En el corto, cuatro hombres atan a uno que está en la oficina de la estación y suben al tren. Allí roban unas bolsas con dinero y dejan a la gente varada en el medio de un descampado, separando la locomotora del resto de los vagones. Los cuatro hombres se escapan a caballo por un bosque. Mientras tanto, una nena descubre al guardia atado en la estación, lo reanima con agua y este pide ayuda a unos hombres que estaban en un baile. Comienza la persecución a los ladrones que van muriendo de a uno por los disparos de los perseguidores. La última escena del filme, un pistolero disparando, en plano medio, al espectador causó sensación en su época.

Viaje a la luna
En una gran y larga conferencia de astrónomos, el presidente de la reunión propone hacer un viaje a la Luna. Seis astrónomos diseñan una cápsula espacial y son lanzados al espacio por un cañón gigante. La cápsula es expulsada hacia la cara de la luna perforándole directamente el ojo derecho.
Los exploradores llegan a la Luna, salen de la cápsula y miran la gran distancia entre la tierra y el territorio en el que se hallan. Cansados, sacan sus frazadas y se duermen. Mientras duermen pasa un cometa, se ve la Osa Mayor, aparecen estrellas con caras de personas, se ve también el planeta Saturno y una mujer se hamaca en una pequeña luna. A continuación, una gran tormenta de nieve obliga a los astrónomos a buscar refugio en una cueva donde encuentran unos hongos muy grandes. De pronto, un habitante de la luna aparece, los exploradores lo matan y un gran número de otros seres de la luna llevan a los astrónomos ante su líder. Los terrícolas matan al líder y a otros más, pero se escapan. Vuelven a la cápsula, mientras son perseguidos por los seres extraterrestres. Cinco astrónomos entran en la cápsula y el último utiliza una cuerda para inclinar la cápsula sobre la Tierra. Los habitantes de la luna intentan agarrar la cápsula a última hora y la empujan. La nave cae hacia un océano de la Tierra y la cápsula flota de nuevo a la superficie, donde los astrónomos son rescatados.
Georges Méliès, el director se basa en las novelas De la Tierra a la Luna de Jules Verne y Los primeros hombres en la Luna de H. G. Wells. El Viaje a la Luna de Georges Méliès es, entonces, una película fundamental, pues se trata del primer film de ciencia-ficción de la historia del cine.
Georges Méliès (1861-1938) era un mago e ilusionista que tenía un teatro, el Robert Houdin, en París. Cuando los hermanos Auguste y Louis Lumiére hicieron sus proyecciones en el Boulevard des Capucines a partir del 28 de diciembre de 1895, mostrando su reciente invento el cinematógrafo, entre los asistentes estaba Méliès, quien decidió comprar el aparato, entusiasmado por las oportunidades que ofrecía. Los hermanos declinaron vendérselo a Méliès, diciendo que era solo una curiosidad científica y que carecía de futuro. Sin embargo, el ilusionista no se desanimó: compró un aparato muy similar patentado en Inglaterra y comenzó a rodar sus primeras películas de inmediato.


Comparando las películas
Todas las películas son mudas, en blanco y negro y con una música de fondo. Las más breves son La llegada del tren y El regador regado. Ya vimos cómo las dos películas de los hermanos Lumière son más sencillas en todo sentido: son más que nada de tipo documental, sin actores y la cámara no se mueve. En Gran asalto y robo a un tren, hay montaje de escenas, un argumento más sólido, diferentes escenarios y diferentes momentos. Por último, en Viaje a la luna hay un gran trabajo de escenografía, diferenciándose claramente la Tierra y la Luna; hay además un trabajo de vestuario; movimientos de la cámara y un guión que se basa en dos textos literarios, hecho que el cine utilizará en todo momento de su historia.

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